La bioquímica de la observación astronómica   


 

 

El ojo humano es el elemento más importante de la observación astronómica, siendo el "primer instrumento" en el estudio de la Astronomía. Al hacer observaciones nocturnas, es fundamental la labor de aclimatar la visión a la oscuridad y esto no obedece simplemente a una cuestión mecánica del ojo, que dilata la pupila en la oscuridad, sino que cuenta con una importante componente química.

 

La dilatación máxima del iris en promedio es de unos 6 a 8 milímetros, esto sensibiliza al ojo unas 15 veces, pero este proceso de por sí no es suficiente; el mecanismo de adaptación a la oscuridad de la vista es un proceso bioquímico. El ojo produce una sustancia química denominada rodopsina, que después de un proceso que dura entre 15 y 30 minutos de adaptación en la oscuridad, aumenta de forma decisiva la sensibilidad del ojo.

 

Es relevante señalar que la rodopsina tiene una alta respuesta óptica, en ese sentido, si el ojo recibe un deslumbramiento de luz blanca, esta sustancia tiende a disiparse, teniendo que reiniciar el proceso de aclimatación de la vista; por ello al emplear luz durante observaciones nocturnas se recomienda el uso de luz roja, ya que esta no afecta a la rodopsina.

 

Fuente:

http://www.surastronomico.com/not-561-la-vision-y-la-adaptacion-a-la-oscuridad.html