En una de las zonas más brillantes de la Vía Láctea, hay una nebulosa en la que ocurren cosas más extrañas. NGC 3372, conocida como la Gran Nebulosa de Carina, contiene estrellas masivas y una nebulosa cambiante. En total, la Nebulosa de Carina mide más de 300 años luz y se encuentra a unos 7.500 años luz de distancia, en la constelación Carina (Quilla), en lo más profundo del corazón de la zona sur de la Vía Láctea.
Eta Carinae, misteriosa y altamente inestable, es la estrella más energética de toda la nebulosa, fue la segunda estrella más brillante del firmamento, cuando en 1843 – hace 177 años - nos alcanzó el brillo de un proceso eruptivo que ha creado la Nebulosa del Homúnculo, visible con grandes telescopios.
Posteriormente, su brillo se debilitó al punto de no verse a ojo desnudo. Es muy probable que esta estrella, si sigue los estándares astronómicos, acabe explotando como supernova en un futuro no muy lejano, si es que ya no lo hizo y la luz del evento no ha llegado aún a nosotros.
Todavía Eta Carinae sufre estallidos inesperados, y su gran masa y volatilidad la convierten en un fuerte candidato para que estalle como una espectacular supernova, en algún momento de los próximos millones de años.
La imagen que adorna nuestra portada fue obtenida desde la población de Pavia, a comienzos de febrero del año pasado.
Crédito de la imagen: Nelson Cumare, ALDA.