Los dos brazos espirales de la Vía Láctea
Trazar un mapa de nuestra galaxia, estando dentro de ella, es una tarea ardua que requiere de grandes recursos observacionales y tecnológicos, además de modelos matemáticos y un nivel de conocimiento científico, que permita discernir las distintas estructuras, la mayoría de las cuales se encuentra escondida detrás de inmensas nubes de gas y polvo o por el intenso campo estelar. Tal ha sido el trabajo que los astrónomos han desarrollado haciendo uso del telescopio espacial Spitzer. Los estudios realizados hasta la fecha les ha permitido concluir que la Vía Láctea posee dos brazos espirales principales, que surgen desde la barra central. Estos brazos, Escudo-Centauro y Perseo, concentran una gran parte de las estrellas de nuestra galaxia. Esto no niega la existencia de brazos menores, como los de Norma y el pequeño brazo, más bien un espolón, de Orión. La representación artística nos nuestra, con bastante exactitud, los resultados de esta cartografía.
Crédito de la ilustración: R. Hurt (SSC), JPL-Caltech, NASA.
Crédito del estudio: GLIMPSE