Acantilados cometarios: el adiós de la sonda Rosetta
Después de orbitar al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko por 786 días, la sonda Rosetta ha producido un impacto controlado contra su superficie, el cual fue confirmado por la pérdida de la señal a las 11:19 GMT del 30 de septiembre de 2016.
Una de las imágenes tomadas durante el descenso, nos muestra estos escarpados acantilados de la región de Maˊat, en el lóbulo pequeño, cuando la nave espacial se encontraba a unos 16 kilómetros de la superficie del cometa.
El descenso de Rosetta al cometa puso fin a la fase operativa de una inspiradora misión de exploración espacial. Rosetta desplegó un módulo de aterrizaje – la sonda Philae - en la superficie de uno de los mundos primordiales del Sistema Solar y fue testigo de primera mano de los cambios que se producen en un cometa cuando se someten a la creciente intensidad de la radiación del Sol.
La decisión de finalizar la misión se debió a que en su órbita, el cometa se encuentra más allá de la órbita de Júpiter, haciendo que la luz solar sea insuficiente para producir la energía eléctrica que mantenga activa a la sonda espacial. Adicionalmente, la línea de vista al cometa desde la Tierra, se iba acercando más a la posición del Sol, haciendo muy difícil el establecimiento de las comunicaciones.
Crédito de la imagen: ESA, Rosetta, MPS, OSIRIS; UPD /LAM /IAA /SSO /INTA /UPM/ DASP/ IDA.