La mejora de sus herramientas de trabajo le permitió incrementar su dieta alimenticia y por primera vez, la raza humana, mejor alimentada, comienza a profundizar sus habilidades existenciales.
Con el Neolítico, adviene la agricultura y con ella la necesidad de precisar los mejores momentos para realizarla. Se han descubierto asentamientos agrícolas que ya existían en el año 9.000 aC. y pueblos organizados, como el de las cercanías de Chatal Huyuk, al suroeste de Turquía, que en el año 6.500 aC, que poseía casas de dos pisos que permitían alojar a unas veinte personas.
El
cultivo de la tierra trajo como consecuencia dos factores:
Necesidad
de predecir los movimientos de los astros principales (el Sol y la Luna) en
el cielo.
Agotamiento
de la fertilidad del suelo por la monotonía del cultivo.
Predicción de los movimientos del Sol y la Luna.
Con
el transcurrir del tiempo, la raza humana tuvo que vincular los cambios climáticos
con las posiciones del Sol en el cielo. Al repetirse las temporadas de frío o
calor, lluvia o sequía, debió preocuparse por poder predecir sus instantes de
ocurrencia: había nacido la astronomía de posición. Para poder determinar los
puntos de salida y puesta del Sol, comenzó a fabricar alineaciones de piedra o
palos. Con el correr de los años fue afinando sus observaciones y mejorando sus
métodos de predicción.
Son
ejemplos de estas estructuras:
Las alineaciones de Carnac y Le Menec, en Francia, de 4 y 1 Kilómetros, tienen 2.934 y 1.099 bloques de piedras (menhires) respectivamente. Se encuentran alineados con la salida del Sol en las fechas en que debe comenzar la siembra (6 de mayo y 8 de agosto). Los análisis arrojan una antigüedad de 6.700 años aC.
Stonehenge,
en Inglaterra, complejo de círculos para determinar la salida y puesta del
Sol y la Luna a través de todo el año. Uno de sus círculos internos;
el Círculo de Sarsen, está compuesto de 30 bloques de piedra, uno
de los cuales es la mitad de los otros: los estudiosos coinciden que es una
clara alusión a los 29,5 días que dura cada lunación. Se le calcula una
antigüedad entre 3.700 a 2.100 aC. ya en el año 2.500 aC
se utilizaba para calcular eclipses de Luna.
Agotamiento de los suelos.
Al
comenzar el retiro de los glaciares hacia el Norte, tres áreas del planeta no
quedaron expuestas al agotamiento producido por la agricultura de la edad de
piedra: los valles de los ríos Indo, Tigris-Eufrates y
Nilo. La razón de esto
fueron las capas de aluviones depositadas anualmente por estos ríos en sus
crecidas.
No es casual que en estas zonas se desarrollasen sendas civilizaciones.