Un efecto magnético genera concentraciones de neblina de hidrocarburos en Júpiter        

Por: UC Berkeley.

26 de noviembre de 2024

 

Una imagen coloreada artificialmente de Júpiter tal como se ve en luz ultravioleta. Además de la Gran Mancha Roja, que aparece azul, se puede ver otra característica ovalada en la neblina marrón del polo sur de Júpiter. Crédito de la imagen: Troy Tsubota y Michael Wong, UC Berkeley.

 

Si bien la Gran Mancha Roja de Júpiter ha sido una característica constante del planeta durante siglos, los astrónomos de la Universidad de California en Berkeley han descubierto manchas igualmente grandes en los polos norte y sur del planeta que aparecen y desaparecen aparentemente al azar. Los óvalos del tamaño de la Tierra, que sólo son visibles en longitudes de onda ultravioleta, están incrustados en capas de neblina estratosférica que cubren los polos del planeta.

 

Los óvalos oscuros, cuando se ven, casi siempre están ubicados justo debajo de las zonas aurorales brillantes en cada polo, que son similares a las luces del norte y del sur de la Tierra. Las manchas absorben más rayos ultravioleta que el área circundante, lo que las hace aparecer oscuras en las imágenes del telescopio espacial Hubble de la NASA. En las imágenes anuales del planeta tomadas por el Hubble entre 2015 y 2022, un óvalo ultravioleta oscuro aparece el 75 % del tiempo en el polo sur, mientras que los óvalos oscuros aparecen solo en una de las ocho imágenes tomadas del polo norte.

 

Los óvalos ultravioleta oscuros indican procesos inusuales que tienen lugar en el fuerte campo magnético de Júpiter y que se propagan hasta los polos y a las profundidades de la atmósfera, mucho más profundo que los procesos magnéticos que producen las auroras en la Tierra. Los óvalos ultravioleta oscuros fueron detectados por primera vez por el Hubble a finales de la década de 1990 en los polos norte y sur, y posteriormente en el polo norte por la sonda espacial Cassini que sobrevoló Júpiter en 2000, pero atrajeron poca atención.

 

Para este estudio, se emplearon imágenes del Hubble, que se habían obtenido como parte del proyecto Outer Planet Atmospheres Legacy (OPAL), dirigido por Amy Simon, científica planetaria del Centro de Vuelos Espaciales Goddard de la NASA y coautora del artículo. Utilizando el Hubble, los astrónomos del OPAL realizan observaciones anuales de Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno para comprender su dinámica atmosférica y su evolución a lo largo del tiempo.

 

Se había teorizado que el óvalo oscuro probablemente es agitado desde arriba por un vórtice creado cuando las líneas del campo magnético del planeta experimentan fricción en dos lugares muy distantes: en la ionosfera, detectaron previamente movimiento giratorio usando telescopios terrestres, y en la capa de plasma caliente e ionizado alrededor del planeta arrojada por la luna volcánica Io. El vórtice gira más rápido en la ionosfera y se debilita progresivamente a medida que alcanza cada capa más profunda.

 

Como un tornado que toca tierra polvorienta, la extensión más profunda del vórtice agita la atmósfera brumosa para crear las manchas densas que observaron Michael Wong y Troy Tsubota, autores del estudio. No está claro si la mezcla arrastra más bruma desde abajo o genera más bruma; basándose en las observaciones, el equipo sospecha que los óvalos se forman en el transcurso de aproximadamente un mes y se disipan en un par de semanas.

 

Los hallazgos son lo que el proyecto OPAL fue diseñado para descubrir: cómo la dinámica atmosférica en los planetas gigantes del sistema solar difiere de lo que conocemos en la Tierra, a lo que Wong señala que “vemos evidencia de un proceso que conecta todo en el sistema de Júpiter, desde el dinamo interior hasta los satélites y sus torios de plasma, pasando por la ionosfera y las brumas estratosféricas. Encontrar estos ejemplos nos ayuda a comprender el planeta en su conjunto”.

 

Fuente:

https://phys.org/news/2024-11-magnetically-driven-vortices-generating-earth.html