El Hubble ve las consecuencias de la interacción entre la Gran Nube de Magallanes y la Vía Láctea        

Por: NASA.

14 de noviembre de 2024

 

Una concepción artística que muestra la Gran Nube de Magallanes, o LMC, en primer plano a medida que pasa a través del halo gaseoso de la Vía Láctea. Crédito de la imagen: NASA, ESA, Ralf Crawford (STScI).

 

Una historia de supervivencia se está desarrollando en los confines de nuestra galaxia, y el Telescopio Espacial Hubble de la NASA está siendo testigo de la saga. La Gran Nube de Magallanes, también llamada LMC, es una de las galaxias vecinas más cercanas a la Vía Láctea; esta galaxia enana se eleva sobre el cielo nocturno austral y tiene un diámetro aparente 20 veces mayor que el de la Luna llena. Muchos investigadores sostienen la teoría de que la LMC no está en órbita alrededor de nuestra galaxia, sino que simplemente está de paso.

 

Estos científicos creen que la LMC acaba de completar su aproximación más cercana a la mucho más masiva Vía Láctea. Este paso ha hecho desaparecer la mayor parte del halo esférico de gas que rodea a la LMC. Ahora, por primera vez, los astrónomos han podido medir el tamaño del halo de la LMC, algo que sólo podían hacer con el Hubble, los investigadores se sorprendieron al descubrir que es extremadamente pequeño, de unos 50.000 años luz de diámetro. Eso es alrededor de 10 veces más pequeño que los halos de otras galaxias que tienen la masa de la LMC.

 

Para este estudio, el equipo examinó el halo utilizando la luz de fondo de 28 cuásares brillantes. Se cree que los cuásares, el tipo más brillante de núcleo galáctico activo, están alimentados por agujeros negros supermasivos. Brillando como faros, permiten a los científicos “ver” el gas del halo indirectamente a través de la absorción de la luz de fondo.

 

La LMC es una superviviente”, afirmó Andrew Fox, de AURA/STScI para la Agencia Espacial Europea en Baltimore, que fue el investigador principal de las observaciones. “Aunque ha perdido gran parte de su gas, todavía le queda suficiente para seguir formando nuevas estrellas. Por lo tanto, aún se pueden crear nuevas regiones de formación estelar. Una galaxia más pequeña no habría sobrevivido: no quedaría gas, sólo una colección de estrellas rojas envejecidas”.

 

Aunque está bastante deteriorada, la LMC aún conserva un halo compacto y rechoncho de gas, algo que no habría podido retener gravitacionalmente si hubiera sido menos masiva. La LMC tiene un 10 por ciento de la masa de la Vía Láctea, lo que la hace más pesada que la mayoría de las galaxias enanas. La mayor parte del halo de la LMC desapareció debido a un fenómeno llamado desprendimiento por presión de ariete. El denso entorno de la Vía Láctea empuja a la LMC que se aproxima y crea una estela de gas que sigue a la galaxia enana, como la cola de un cometa.

 

A medida que la presión de impacto empuja gran parte del halo de la LMC, el gas se desacelera y finalmente caerá sobre la Vía Láctea. Pero como la LMC acaba de pasar su punto más cercano a la Vía Láctea y se está alejando nuevamente hacia el espacio profundo, los científicos no esperan que se pierda todo el halo. Debido a su masa y proximidad a la Vía Láctea, la Gran Nube de Magallanes es un laboratorio astrofísico único.

 

Ver la interacción de la Gran Nube de Magallanes con nuestra galaxia ayuda a los científicos a entender lo que sucedió en el Universo primitivo, cuando las galaxias estaban más cerca unas de otras. El estudio también permite a la comunidad astronómica aproximarse en la comprensión de cuán desordenado y complejo es el proceso de interacción entre galaxias.

 

Fuente:

https://science.nasa.gov/missions/hubble/nasas-hubble-sees-aftermath-of-galaxys-scrape-with-milky-way/