Introducción        

   

        El Sol es la estrella que ha producido la energía para desencadenar la vida en nuestro planeta, la Tierra.

 

        Nuestra estrella nodriza es una enana blanca-amarilla de clase espectral G2V, caracterizada por los astrónomos como una estrella de segunda generación, Población I. Esto quiere decir que es una estrella rica en elementos pesados. En astronomía, un elemento pesado es aquel que se encuentra más allá del helio en la Tabla Periódica.     

 

        Se desplaza en solitario en uno de los brazos espirales de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Hasta el momento, a pesar de que los astrónomos sospechan que pudo haber nacido de una nebulosa con otras estrellas, no se han encontrado las "hermanas" de nuestro Sol.  

 

        Se encuentra en una protuberancia del brazo galáctico de Orión. En algunos textos se llama a esta protuberancia, el "espolón" de Orión. Se desplaza en una mota de materia que contiene además a las estrellas Alfa Centauro, Fomalhaut, Altair, Vega y Arturo. La figura mostrada abajo ilustra la estructura de lo que los astrónomos denominan "burbuja local". Esta burbuja contiene alrededor de una centena de estrellas y es una zona con similar densidad relativa de materia. Posee una extensión de unos 350 años-luz y las estrellas más brillantes de nuestro firmamento se encuentran en ella. En la figura, las regiones menos densas están coloreadas en azul, mientras que las más densas, en amarillo.   

 

 

Estructura de la Vía Láctea en las cercanías del Sol

 

        El Sol es una de las estrellas más comunes en nuestra galaxia, situada en medio de su vida útil. Los astrofísicos estiman que el Sol tiene una antigüedad de 4.600 millones de años.

 

        Si bien el Sol es una estrella enana, sus dimensiones para nosotros son descomunales: su diámetro es de 1.391.020 Kilómetros (unas 109 veces el diámetro de la Tierra ). Su masa - que representa el 99,86 % del Sistema Solar -  es de unas 330.000 veces el planeta Tierra.